Los líderes cristianos deben estar en constante aprendizaje, tanto de la palabra de Dios, como de las experiencias del diario vivir. Esto permite que los líderes puedan recibir con frecuencia revelaciones del Padre Celestial para sus vidas y ministerios. En la actualidad existen muchos recursos para que los líderes cristianos puedan nutrirse sobre temas de gran valor espiritual, hay videos, devocionales, libros, páginas web, etc. Nosotros queremos contribuir con tu capacitación y por eso aquí compartiremos contigo tres enseñanzas para líderes cristianos que impactarán en gran manera tu corazón.
¿Buscar a Dios o al ministerio?
En el libro de Hechos, Pablo reflexiona sobre su vida y ministerio y comunica a sus hermanos su preocupación porque ellos permanezcan en los caminos del señor. Pablo no solo se preocupaba por los resultados que el ministerio produciría.
Pablo sabía que un corazón que está bien con Dios es todo lo que realmente importa. Por eso es necesario decir, que hay un gran peligro en el cuidado del ministerio, sin primero cuidar de tu relación con el Altísimo. No se trata de ser egocéntrico y pensar en nosotros primero, sino de tener como prioridad construir una buena relación con el padre celestial, hasta ser capaces de poder decir como Pablo “Sed imitadores de mí como yo lo soy de Cristo”.
Cuando un líder cristiano ponga como prioridad buscar más del ministerio que buscar de la presencia de Dios, el trabajo que se esté realizando dejará de producir frutos y se marchitará.
¿Cómo puedes saber qué estás buscando más del ministerio que de Dios?
- Enseñas verdades que no son una realidad en tu vida
- Los resultados del ministerio son empujados por los hombres y no son orquestados por el espíritu
- Te esfuerzas por proyectar una imagen de santidad en lugar de ser transparente y honesto.
- Llevas una vida de oración apresurada en lugar de dedicarle todo el tiempo que sea necesario.
Si te sientes identificado con uno de estos puntos que hemos mencionado, entonces necesitas retroceder y recuperar la búsqueda de Dios. ¿Cómo lograrlo? Haz lo que dice en Hechos 3:19-20, por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor, y que Él envíe a Jesús, el Cristo designado de antemano para ti.
Fomentar un espíritu de oración
La oración es la parte más importante cuando se hacen estudios en grupos, pero a veces por desgracia es la parte más descuidada en la reunión. Nada hará que la relación entre los hermanos sea más estrecha, como el orar los unos por los otros. Además, el gozo que se produce cuándo una oración que se realizó en conjunto ha sido contestada es una experiencia de bendición para toda la congregación.
Con frecuencia en los grupos de oración se suele cometer el error de gastar más tiempo en hablar acerca de los motivos de oración, que en la acción de orar. Mira estas recomendaciones que te ayudarán a tener un momento de oración grupal más efectivo:
- Peticiones breves pues Dios conoce los detalles.
- Pídele a cada hermano que piense en una petición personal y otra de crecimiento espiritual.
- Planea el momento de la oración en especial si lo piensas dejar para el final de la reunión, tienes que procurar que no les falte tiempo por falta de programación.
- Las personas que no se sientan preparadas para orar en voz alta no deben ser forzadas. Tú como líder puedes motivar el crecimiento de estas personas pidiéndoles que traigan sus motivos de oración escritos.
- Un buen método es dividir la reunión en varios grupos pequeños para que la oración sea más íntima.
Crea una atmósfera de comunidad bíblica
Como líder de una congregación debes ser consciente de la importancia que tiene el estudio de la Biblia para todos los creyentes. Con eso en mente debes ser capaz de crear una atmósfera que motive a las personas a estudiar constantemente la palabra de Dios.
1. Usa la música:
Puedes colocar una alabanza de fondo cuando vayan llegando los miembros como una forma de romper el silencio y facilitar las conversaciones.
2. Motiva a los miembros más tímidos:
Las personas más tímidas seguramente evitarán participar con frecuencia. Lo que debes hacer es motivar a estos miembros de forma amorosa y amable para que participen en cada reunión. Asimismo, las personas que muestren más seguridad para participar, debes pedirles con mucha amabilidad que traten de ser menos conversadoras para dar oportunidad a los más callados.
3. Motiva a las personas a relacionarse:
Debes fomentar el acercamiento entre los miembros de la congregación, creando una conexión entre ellos que sea de bendición para el crecimiento de cada uno. Cuando una persona cuente alguna situación de su vida o dificultad por la que esté atravesando, puedes preguntarle al resto de los miembros si alguno se siente identificado con el caso, para que puedas orar por una situación que afecta a más de uno en la congregación. Asimismo, puedes pedirle a los hermanos que aporten consejos o palabras de aliento que estén respaldadas por la Biblia. De esa forma los integrantes participarán aportando pasajes bíblicos relacionados con el tema del que se está hablando.
4. Corrige todo aquello que no sea bíblico:
Cuando una persona comparta con convicción algo que no sea bíblico debes corregirla, pero con todo tu amor y de forma muy puntual para que no se interprete como algo personal. Es importante que asumas esta tarea por el bien de todos los miembros de la congregación y con la intención de mostrar la verdad que sostiene la Biblia. Sin embargo, si una persona afirma algo incorrecto sobre la Biblia, pero al ser cuestionada no se muestra preparada para responder con una verdad bíblica, lo más prudente es redirigir la conversación hacia otro tema. Al finalizar la reunión puedes dirigirte a la persona que hizo el comentario y hablarle con base bíblica para que corrija su posición. Recuerda transmitir la palabra siempre con amor y con el propósito de hacer crecer la verdad de la palabra de Dios.
