En las creencias cristianas no es aceptado el bautismo de niños, pero en otras religiones es algo que sucede con total normalidad. Pero, ¿cuál de las dos posturas es la correcta? La respuesta la tiene la biblia y eso es justo lo que hoy estudiaremos.
El bautismo es una ordenanza de Jesucristo
El bautismo cristiano es una de las dos ordenanzas que Jesús instituyó para la iglesia. Justo antes de su ascensión, Jesús dijo: “Id, pues, y enseñad a las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20).
Pero en la biblia solo encontramos historias de bautismos en persona adultas, en ningún pasaje bíblico se realizan bautismos en niños. Esto se debe a que primero debían escuchar el mensaje de salvación y aceptar a Cristo en sus vidas. Claramente, este tipo de acciones solo pueden ser realizadas por adultos, pues un niño no entendería la complejidad de dicho mensaje. En este sentido, el bautismo se trata de un acto público y completamente voluntario.
Estas instrucciones dejan en claro que la iglesia es responsable de enseñar los caminos de Jesús, hacer discípulos y bautizarlos. Estas cosas se harán en todas partes (“en todos los países”) hasta “el fin del mundo”. Entonces, aunque no sea por otra razón, el bautismo es importante, porque Jesús lo ordenó. El bautismo por inmersión, realizado por personas con la debida autoridad, es la primera ordenanza salvadora del evangelio.
Convertirse en miembro de La Iglesia de Jesucristo y recibir la salvación eterna es un requisito. Todos los que deseen la vida eterna deben seguir el ejemplo del Salvador al recibir el bautismo y el don del Espíritu Santo.
El bautismo es un acto de obediencia a Dios
El bautismo es una ceremonia que simboliza la entrada en una alianza sagrada y vinculante entre Dios y el hombre. La gente jura renunciar a este mundo, amar y servir a su prójimo, visitar a los huérfanos y viudas en apuros, proclamar la paz, proclamar el Evangelio, servir al Señor y guardar sus mandamientos.
El Señor promete “derramar su Espíritu más abundantemente sobre nosotros y redimir a sus santos espiritualmente. El bautismo no es solo un deber, es un privilegio. Esta es una oportunidad para mostrar a todos a través de nuestra obediencia que confiamos y amamos a nuestro Rey.
El bautismo es un agente de salvación
El bautismo es la puerta al encuentro con Cristo, el fundamento de toda la vida cristiana y la integración en la Iglesia del pueblo de Dios. Una persona que es bautizada en su niñez, en su adultez es probable que deba renovar sus votos con el Señor, porque en su infancia no contaba con la madurez necesaria para asumir tan importante compromiso.
Los niños no deben bautizarse, pero sí necesitan de sus padres y de la misma Iglesia, pues son ellos deben garantizar su educación y desarrollo en la fe cristiana. Sencillamente, el bautismo cristiano es un testimonio externo de lo que sucede internamente en la vida del creyente. El bautismo cristiano es un acto de obediencia al Señor después de la salvación; aunque el bautismo está estrechamente relacionado con la salvación, no es un requisito para la salvación.
Varios lugares en la Biblia muestran que la secuencia de eventos es: 1) una persona cree en el Señor Jesús, 2) es bautizada. Esta secuencia se puede ver en Hechos 2:41, “los que recibieron el mensaje de Pedro fueron bautizados”.