La familia juega un papel muy importante en la fe cristiana, porque se trata de una de las mayores bendiciones de Dios y son nuestro mayor apoyo en tiempos difíciles. Hay varios pasajes bíblicos que nos hablan acerca de cómo debe ser la dinámica en una familia cristiana, repasemos algunos de ellos en esta oportunidad.
La Biblia enseña que debemos obedecer a nuestros padres
La piedad filial hacia los padres es un mandato directo de Dios. “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo” (Efesios 6:1). La palabra obediencia en este versículo no se puede separar del significado de “respetarlos”. Efesios 6:2-3 continúa diciendo: “Honra a tu padre y a tu madre. Este es el primer mandamiento, que tiene una promesa, para que seas bendecido y tengas una larga vida sobre la tierra”.
En cuanto a ello, se entiende que la obediencia debe hacerse con una actitud de honor hacia ellos. La obediencia renuente no se ajusta a los mandamientos. Diga a los niños que aprendemos en las Escrituras que el Padre Celestial y Jesucristo quieren que obedezcamos a nuestros padres. Abra su Biblia en Efesios 6:1 y lea: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.” Pida a los niños que digan: “Yo obedeceré.” otra dependencia relativa. Sea sensible a estas situaciones a lo largo del curso.
La Biblia también enseña que debemos ser amables y compasivos unos con otros
Esto debe ser aplicado en la familia de cada persona. Sin embargo, en general somos amables únicamente con aquellos que son amables con nosotros. En Mateo 5 vemos a Dios llamándonos a ser más como Él y a ir contra la corriente de este mundo. Nos insta a ser generosos en nuestro amor y a orar por aquellos que quieren herirnos y perseguirnos. Es de esta manera que las personas notan que somos sus hijos cuando reflejamos su carácter a través de nuestras acciones. Como destinatarios indignos de la misericordia de Dios, es justo que también mostremos misericordia y compasión a los demás.
De hecho, se nos manda a ser misericordiosos, así como Dios es misericordioso. La Biblia incluso habla de ser compasivo y cuidar a los animales. La compasión es compartir el dolor o el sufrimiento de ver sufrir a otros y tratar activamente de ayudarlos. Nuestro mejor ejemplo es el mismo Jesús, quien tomó la naturaleza humana y dio su vida para abrirnos el camino para que seamos salvos para siempre.
La Biblia también enseña que debemos dar generosamente a los demás, especialmente a los necesitados
La Biblia habla muchas veces sobre la importancia de ser generosos y compartir los recursos que Dios nos ha provisto. La verdadera generosidad nace de un corazón sincero y noble, sin esperar nada a cambio. Este es el corazón que Dios quiere que tengamos. Un corazón generoso que refleja tu corazón. Debemos ser generosos con todos los que tengan la oportunidad: “Dad a quien os pida, y al que quiera tomar de vosotros prestado, no se lo rehuséis” (Mateo 5:42).
Que el antiguo ladrón “obre, haciendo bien con sus propias manos, para tener un sobrante para dar a los necesitados” (Efesios 4:28). Los ricos “sean ricos en buenas obras, dispuestos, generosos” (1 Timoteo 6:18).