Esta es una verdad bíblica muy poderosa que trae mucha bendición a nuestras vidas. Es también un principio cristiano muy importante que se debe desarrollar día a día. Definitivamente, Dios nos pide que seamos bondadosos con nuestro prójimo y con su propia obra aquí en la tierra. Hablemos más sobre esta realidad a continuación.
Dios ama a las personas que son generosas y se entregan
Cada uno debe decidir en su corazón cuánto quiere dar, no des compulsivamente o bajo presión, “porque Dios ama al hombre que está dispuesto a dar.” Dios generosamente proveerá todo lo que necesites. Entonces siempre tendrán todo lo que necesitan y les quedará mucho para compartir con los demás.
Como dice la Biblia: “Comparte con generosidad y da con generosidad a los pobres. Sus buenas obras serán recordadas para siempre. “Porque es Dios quien proporciona la semilla al agricultor, y luego proporciona el pan para que coman. De la misma manera, Él proveerá y aumentará tus recursos, y luego producirá abundantes frutos en tu vida.
Dios ama a las personas alegres y dispuestas a dar
De todas las responsabilidades de un creyente, nada trae más alegría que dar, especialmente en la planificación de un proyecto para promover el Reino de Dios en este mundo. El espíritu de generosidad es el espíritu de Cristo (Juan 3:16); el espíritu de egoísmo es el espíritu del mundo y el espíritu del diablo (Juan 10:10). El carácter del creyente es dar; el carácter del mundo es recibir. La alegría también es poder ver los regalos que recibes cada día.
Vivir con alegría es una sobria capacidad de gustar la esencia y de compartir que posee el hombre. , una renovación diaria del asombro ante la bondad de las cosas de Dios, sin dejarse abrumar por la opacidad del consumo rapaz. Un corazón que sabe lucir bien, sabe apreciar y alabar, es un corazón que sabe ser feliz.
Dios ama a las personas que son felices y tienen una actitud positiva
Las personas más felices son agradecidas por todo y nada en particular. No necesitan un motivo concreto (aunque si empiezan a buscarlo, la lista de motivos es interminable). Viven con el beneficio de reconocer el simple hecho de que están vivos, pase lo que pase. No necesitan razones convincentes para estar agradecidos, porque ganarse la vida les basta. Incluso hay personas, acostumbradas a vivir con esta actitud, que agradecen cosas tan intangibles como una sonrisa, un amanecer, una inspiración, una brisa suave, el calor del sol, o un momento de paz, etc.
Incluso pueden estar agradecidos en el futuro: mañana serán cosas valiosas aprendidas, el próximo libro para leer que quizás ni siquiera esté terminado, incluso la música misma que se tocará en el funeral. Es lo que se llama “gratitud sin causa”. No se debe a nada tangible, pero es igual de conmovedor. El camino de la alegría tiene también sentido del humor: saber reírse de las cosas, de los demás y de uno mismo es una actitud profundamente humana, una actitud “más cercana a la gracia”.